¿Eres fisio y estás explorando nuevas formas de marcar la diferencia en tu consulta? Bien. Hablemos de la diatermia. O, como también se le conoce en el mundillo, la tecarterapia.
Este tratamiento suena a tecnología espacial, pero en realidad es una herramienta potentísima que puede ayudarte a acelerar recuperaciones, reducir dolor y (esto te va a interesar) fidelizar pacientes desde la primera sesión. Vamos al grano.
¿Qué es la diatermia y por qué te interesa?
La diatermia es una técnica de fisioterapia que aplica corriente de alta frecuencia para generar calor dentro del cuerpo. Pero no cualquier calor: hablamos de calor profundo, dirigido y con intención terapéutica. Aquí no hay mantitas calientes ni infrarrojos pasivos. Esto es activación celular en serio.
El objetivo es simple: estimular los procesos naturales del cuerpo para regenerar tejidos más rápido. Menos inflamación, menos dolor, más movilidad. ¿Suena bien? Mejor sigue leyendo.
La buena noticia es que no hace falta desembolsar miles de euros para incorporar la diatermia en tu clínica. Con Rentilea, puedes acceder a este tipo de equipamiento en modalidad renting, sin ataduras y con todo el soporte técnico incluido.
Las dos caras de la diatermia: capacitiva y resistiva
Imagina que tienes dos superpoderes, y cada uno actúa en zonas distintas del cuerpo. Así funciona la diatermia:
1. Capacitiva → amiga de los músculos
Ideal para tejidos con mucho contenido acuoso. Aquí usamos electrodos recubiertos que generan un campo eléctrico entre ellos. Esto activa el metabolismo celular, mejora la oxigenación y relaja como un spa… pero en versión clínica.
Perfecta para: contracturas, edemas, bolsas serosas y trabajos de recuperación muscular.
2. Resistiva → especialista en hueso, tendón y ligamento
En este caso, el electrodo no va recubierto. ¿Qué hace? Provoca resistencia en los tejidos con menos agua (los duros) y genera calor a través del efecto Joule. Ideal para llegar a estructuras profundas y menos vascularizadas.
Perfecta para: lesiones tendinosas, fibrosis, cicatrices o tejidos densos.

Bonus: Combinarlas multiplica resultados
Ejemplo real: para una epicondilitis puedes aplicar resistiva en el tendón y capacitiva en los extensores del antebrazo. Doble acción: alivio + regeneración.
¿Qué hace realmente en el cuerpo?
Más allá del calor (que se siente y mucho), la diatermia activa procesos de regeneración que normalmente el cuerpo haría en semanas… pero en días. Los efectos más destacados:
- Aumenta la elasticidad del tejido conectivo
- Reduce edemas y hematomas
- Disminuye el dolor (sí, incluso el crónico)
- Mejora el flujo sanguíneo y la oxigenación
- Relaja profundamente la musculatura
- Favorece la reabsorción de líquidos y toxinas
¿Y para qué tipo de pacientes es útil?
Spoiler: para casi todos. Aquí van algunos de los casos donde la diatermia se luce:
- Lesiones musculares y articulares
- Tendinopatías (agudas y crónicas)
- Rehabilitación postquirúrgica
- Esguinces, contracturas, cicatrices
- Readaptación deportiva
- Dolores articulares o neuropáticos
- ¡Incluso estética y recuperación facial! (aunque eso lo dejamos para otro post)
Cómo aplicarla sin dramas (ni quemaduras)
La técnica es fácil, pero hay truco. Aquí lo importante es el cómo:
- Colocación precisa de los electrodos (pasivo bien fijado, activo con contacto firme).
- Temperatura agradable → si duele o quema, hay que reajustar. Siempre.
- No sobre hueso → el hueso retiene calor y puede sobrecalentarse.
- Distancia y dirección de los electrodos → más cercanos = más superficial, más distantes = más profundo.
- Gel conductor → indispensable si el paciente tiene vello o si quieres evitar zonas “muertas” de contacto.
¿Cuánto tiempo debería durar una sesión?
Depende del objetivo, pero como norma general:
- Sesiones cortas (5-10 min) = poco efecto
- Sesiones efectivas = al menos 30 min combinando capacitiva + resistiva
- Casos crónicos = más calor, más intensidad (sin molestias)
- Casos agudos = calor moderado, enfoque regenerativo
Y si después de tres sesiones no ves cambios… toca replantear la estrategia.
¿Cuándo NO debes usarla?
Porque sí, hay contraindicaciones. Toma nota:
- Marcapasos o implantes electrónicos
- Embarazo
- Trombosis o problemas circulatorios graves
- Tumores o procesos oncológicos activos
- Infecciones agudas o fiebre
¿Vale la pena la diatermia?
Absolutamente sí. Pero no por ser una moda o porque lo usan los deportistas de élite. Sino porque es una herramienta versátil, efectiva y —cuando se usa con criterio— transforma tus sesiones.
No sustituye tu experiencia. La potencia.
Ahora te toca a ti: ¿la tienes ya en tu clínica? ¿La estás valorando? ¿Tienes dudas? Cuéntamelo y seguimos la conversación.